Vivir al límite; ¿Bueno o malo?
"Yo vivo danzando de un hilo siempre."
"Llévame a la primavera,
donde la luna de seda susurra hasta que me duerma.
Yaceré en campos verdes, suave hierba bajo mi espalda,
recolectaré estrellas en la noche, y te miraré mientras te sonrojas.
Las soltaré como tontas, pidiendo que las recojas,
en este sueño encantado donde el tiempo se despoja.
Llévame de nuevo a la primavera,
cuando besabas mis dedos por cada estrella sincera.
Desatabas mi pelo en sombras que acarician,
deseando quedarme en este regazo, mi alma se desliza.
Ojalá nunca despertar, en este éxtasis eterno,
donde el amor florece y se torna sempiterno.
Esta noche, mírame desde la orilla,
ocultaré mi pecho blanco, una espera sutil.
Volveré hacia tí con suavidad y encanto,
confusión en tus ojos, como si fuera un quebranto.
Esta tranquilidad que solo tú ves en mi ser,
un sosiego que mi cuerpo y alma pueden entender.
Pero mi mente aún flota en aguas de confusión,
tomar esta decisión evitará más lágrimas en tu hombro, en esta ocasión.
Llévame de nuevo a la primavera,
donde olvidaba todo y encontraba la paz sincera..
Esta no soy yo, una sombra de mi ser anterior,
más estrellas en mi cielo, una dosis de dolor.
La luna de seda, ¿me llevará de nuevo al inicio?
Dejar de esparcir mis sentimientos, volverme simple, un nuevo principio.
Besa mis dedos, desata mi pelo con ternura,
en esas noches insomnes, devuélvele a mi alma la calma pura.
Llévame a ellas, donde los sueños son invisibles,
de nuevo a la primavera, donde éramos dos aves libres."
Algunas personas que yo conozco podrían asegurarme de que soy alguien aplicada, ambiciosa, siempre hurgando en lo más profundo y ávida de aprender de todas las experiencias que se presentan en mi camino. Aunque esta afirmación es verdadera, experimento un pequeño sentimiento de culpabilidad en mi interior.
Mi trasfondo familiar se fundamenta en valores académicos, donde una simple calificación en un examen define tus prioridades, revela tu interés en el estudio, moldea tu identidad y se convierte en algo tan crucial cómo incierto: El futuro escolar.
A medida que crecía, caí en una fase intermedia de aislamiento, enfocándome únicamente en los estudios. Recuerdo un verano, el de 2019, solicitando a mi mejor amigo tareas de días que no realicé, simplemente para ocupar el tiempo y aliviar el vacío que sentía. Él me dijo algo que quizás me iluminó un poco: "No entiendo porqué esto no suena cómo si lo estuvieras diciendo vos." Aunque inicialmente no lo entendí, sus palabras resonaron.
Continué creciendo, procrastinando cada vez más, dejando todos los estudios para el último momento. A pesar de mantener excelentes calificaciones, la falta de estudio anticipado generaba una sensación desagradable, un sabor amargo en mi boca. Internamente, sabía que algo dentro de mí clamaba que no me esforzaba al máximo.
Me esfuerzo al máximo, caigo rendida en la cama, olvidándolo todo, solo para enfrentar el siguiente día escolar como si nada hubiera sucedido.
Podríamos decir que mi vida es una danza en un hilo, tan extenso que también simboliza mi existencia. A veces caigo, otras avanzo; Paradójicamente, los pasos en falso son avances, según dicen algunos. Pero en mi caso, cada paso errado en este hilo tan frágil podría conducir al estancamiento, cerrando metafóricamente mi mente hasta encontrar una salida.
Vivir danzando en un hilo es tan simple como correr en un prado lleno de hierbas y flores. Algunas personas ven la belleza en ambos conceptos
Siento que alrededor de mis amigos no soy lo suficientemente seria o no me siento completamente relevante cómo para hablar sobre mi vida privada o mis emociones que también son muy personales, siempre pensando en el riesgo de que jamás las entenderían, vivo escuchándome a mí misma y dándome consejos que también les dije a otras personas que requerían de mi ayuda.
A veces, desearía simplemente saltar, acostarme y dejar el tiempo pasar. Ver si realmente les importo a mis conocidos y confirmar si estoy haciendo las cosas correctamente. Nuestros cerebros son armas de doble filo, añadiendo palabras a la boca de personas que jamás pronunciaron.
"Llévame a la primavera" fue uno de mis primeros poemas, un deseo de abandonarlo todo y encontrar un lugar donde no necesite depender de estrellas para sentirme en paz.
Recuerdo la noche en que lo escribí, salí del colegio llorando, agotada, anhelando acostarme y dormir hasta el final del mes. En lugar de seguir mi rutina diaria, encendí mi laptop, me senté en la cama, puse una almohada, la apoyé y escribí. Con mis auriculares puestos, escuché a The Smiths (mi banda favorita, la que me inspiró a escribir) en busca de ideas. Así surgió "Llévame a la primavera", donde podía olvidar todo, encontrar paz real y cambiar mi personalidad a ojos de los demás.
Deseé que finalmente esas noches donde mi mente rondaba en el desvelo, se acabaran, pero también, que me las devuelvan, como un castigo personal que tengo hacia mí persona por no estar mejorando.
Acepté mi maestría en procrastinación y mi desgano por hacer cosas que no me interesan. Las pocas cosas que quiero hacer, a menudo no las llevo a cabo, ya sea por falta de tiempo o porque no encuentro compañía, ya que detesto hacer cosas sola.
Tan egoísta como dejarlo todo y retirarme a mis lugares favoritos, sin escuchar nada acerca de nadie. Estar en el pecho de mi mejor amiga, hablar sobre la vida, o simplemente escuchar música mientras juego en la computadora. Desearía, desearía y desearía.
Desearía hacer mis propias decisiones sin temor al fracaso, y si es que fallo, desearía aprender de esos errores.
Desearía volver a la primavera,
ver las flores nacer,
y visualizarlas como mi alma regresando a mi cuerpo.
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