Profundidades.
Navegando por las Profundidades del Amor y la Vergüenza
"Tus ojos, cual Venus, en la aurora nacen,
Luminosos cómo el sol, en mí resplandecen.
Llévame contigo, día y noche, sin parar,
En tus ojos jamás querré parar de naufragar.
Perdida en su profundidad, mi alma se halla
En tu mirada intensa, mi refugio, mi gala
Sin momentos contigo, ¿Qué será de mi vida?
En la penumbra, sin tus ojos, estaría perdida.
Tu belleza es la luz que ilumina mi ser,
Sin tus ojos radiantes, ¿Qué podría hacer?
Mi vida sería un abismo, un oscuro abrazo,
Pero contigo a mi lado, mi mundo es un ocaso.
Así que, en tus ojos de Venus, me sumergiré
Día y noche, en tu atardecer, siempre viviré
En tus brazos, mi dicha es completa,
Eres mi razón de ser,
Mi estrella más discreta."
En el tejido inmortal de las emociones humanas, hay una hebra que se teje con la pasión, la devoción y la entrega total. Esta hebra se despliega majestuosamente en mi poema que nos sumerge en un viaje emocional, donde los ojos se convierten en la puerta de entrada a un reino de éxtasis: el amor apasionado.
Cada palabra de este poema es una sinfonía de sentimientos intensos, donde el amor no es solo un vínculo, sino una corriente que arrastra consigo las dudas y enciende la llama de la conexión más profunda. Es una invitación a navegar por las aguas tumultuosas de la devoción, a perdernos en la mirada del ser amado como un navegante perdido en un océano de emociones.
Te convido a explorar esa parte de mí que pocos conocen, que raramente permitimos que se muestre. Pero, ¿por qué? ¿Por qué crecemos y no revelamos lo poco que sabemos sobre amar? Me recuerda a una pregunta que planteé en mi entrada anterior, una interrogante tan cierta y, al mismo tiempo, tan embarazosa de responder. Desde mi perspectiva adolescente, quizás soy demasiado tímida para mostrar amor. O tal vez, solo tal vez, aún no lo he sentido.
"Cómo las flores que nacen, retoños de primavera volaban en el aire
Me hace recordar a ese pequeño corazón que late por el equivocado,
Ese lazo dorado tan confundido,
En una solitud donde solía haber amor.
Dónde las estrellas glamurosamente brillaban en esas noches cálidas,
Yacen alas de su cuerpo desfigurado.
Comenzó a llorar, al sentir la pena de desear lo que ella no quiere, amar lo que juró odiar,
Y sus lágrimas se volvieron un resplandeciente cristal
Dividiendo dos almas, que se adoran por las mañanas
Y que en las noches piensan sobre los encantos de aquel corazón sentimental."
En nuestra sociedad, la vergüenza parece ser omnipresente, envolviendo todo con su manto. Llorar, escribir, incluso ser un poco más inteligente que los demás se torna motivo de vergüenza. Esta lista de prohibiciones parece no tener fin.
Me descubrí a mí misma en las profundidades de mi subconsciente, buscando desesperadamente un rayo de esperanza en medio de la oscuridad y desesperación. Lo que veían mis retinas eran imágenes que afirmaban que no podía hacerlo, un estándar impuesto desde alguna entidad superior, algo que me decía que no estaba a la altura. Tentada a rendirme, continué la búsqueda de esperanza, de amor, ese cálido sentimiento que habitaba en mi pecho y que no me dejaba en paz durante días, semanas, meses. Esa cara por la mañana, que no podía evitar ver sin sonrojarme, la buscaré, aunque ella nunca me buscó a mí. Nos volveremos a encontrar porque el destino decidió que nuestros caminos debían cruzarse.
Y si tuviera que comenzar mi vida de nuevo, te encontraría mucho antes.
Ahora, está claro que la vergüenza proviene de las normas y expectativas sociales. Incluso el amor me llena de vergüenza, esa cosa tabú de la que no se habla todos los días, y si se habla, suele limitarse a la relación sexual.
Entonces, ¿dónde quedó el amor verdadero?
Últimamente, he sentido un leve sentimiento de culpa hacia mí misma, como si estuviera más cerca de alguien de lo que debería. Un corazón que late de manera irregular, palpable en mi pecho, me hace sentir intranquila.
Apenas pude apreciar la belleza de ese latido, ese ritmo que es como mil ángeles cantando. Me acerqué a su pecho y finalmente lo escuché. Un corazón acelerado y, sin embargo, me imaginé a mí misma en mi mente, un corazón atrapado entre rejas, engañándose a sí mismo, lleno de vergüenza.
Nunca he manejado bien la crítica destructiva, y trato de evitar situaciones en las que me siento expuesta o juzgada, ya que mi orgullo no me protege de sentir vergüenza.
Es como si fuera un instinto implantado en todas las personas, especialmente en los jóvenes de hoy en día.
Si eres joven, no cambies nada de tí.
Continúa con esa mirada por las mañanas,
Sigue quejándote de por qué la profesora no faltó a la escuela,
¿Y por qué no seguir siendo tú mismo?
Porque uno nunca sabe si esa persona frente a ti admira esas peculiaridades de una manera que hace que su corazón lata a un ritmo diferente al recomendado.
No tienes porqué sentirte avergonzado; el mundo es tu peón, y no puedes hacer otro movimiento que avanzar. De lo contrario, ¿qué sentido tendría el mundo si tú no estás para darle dirección?
El mundo tiene profundidades que explorar, rostros por descubrir. No te detengas a ti mismo para explorar cada uno. Aunque estés buscando algo y el sol se esté ocultando, no dejes de buscarlo si eso te da una razón para existir, si eso le da significado a tu conexión única con ese algo. Continúa tu búsqueda.
La búsqueda es solo para uno mismo. Que alguien te encuentre sin que primero te hayas encontrado a ti mismo es difícil de lograr.
Así que, mantengamos esa mirada de la vida, esa mirada que puede escribir libros, y esas manos tan cálidas alrededor de tu espalda que no te dejarán ir, nunca más.
Ese es el sentimiento del amor verdadero.
No tengamos vergüenza de expresarlo en un mundo que gira gracias a él.
Nota de la autora:
En estos días me siento bastante estresada y un poco deprimida, lo cual dificulta la creación de nuevas entradas de forma regular. Quería compartirlo como una especie de aviso. Escribo principalmente para mí misma, pero quería dejarlo claro por si alguien se preguntaba. Además, en este momento no tengo muchas ideas sobre qué escribir, pero siento que las ideas surgen a medida que me descubro más a mí misma. Aprecio tu comprensión.
Hazuki.
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