El sentimiento principal de nuestras vidas.
La dualidad del amor;
Un sentimiento delator el cual nos saca la razón siempre.
"Cuando contigo estoy, la quietud no habita,
Pensamientos sin filtros, la puerta se agita.
Toqué, abriste, sin saludo previo,
Te prometí entenderte, ser tu remedio.
Busco darte luz en la noche oscura,
Beso tu mejilla, sin pedir cordura.
Siento caer algo, ligero, en mi faz,
Quizás mi máscara, en tu solaz.
Solo ocurre en tu presencia, este devenir,
Actor de mi enredo, en el instante, vuelvo a recaer.
Tus palabras dulces, tu cerebro tan elegante,
Y, de nuevo, caigo en su encanto, preciosa amante."
Es cómo si la fortuna nos hubiera dado su eterna bendición, y esa bendición, es el amor.
Pensé que el amor era solo una forma de matar el tiempo, llenar el vació o pasar el día, hasta que me mostró lo hermoso que el amor podría llegar a ser, y por primera vez, el amor me sucedió.
De todos modos; ¿Podríamos hablar de cómo una persona se transforma luego del amor?
Creo que al perder o terminar una relación importante, nosotros empezamos un camino o una etapa en la vida la cual atravesará momentos de cambio y transición, los cambios temporales, efímeros, tan pequeños que duelen, a veces traen significado y a veces no, en ocasiones, este cambio puede ser desafiante, y otras veces, puede llevar a una sensación de pérdida o incertidumbre.
A veces uno deja el tiempo flexibilizar las cosas, y plenamente aceptar que las cosas que uno hace no eran por necesidad, ni tampoco por avaricia, pero solo por el amor. Y es así cuando uno entrega su vida completa a este sentimiento, alguien se queda estancado en la oscuridad de la noche, esperando a que la luz vuelva a abrazar su mente.
Y es ese pensamiento el cual nos deja pensando si realmente hicimos las cosas bien, haciéndonos rebobinar y volver al pasado de nuevo a cada rato. La vez en la que aceptes este cambio, y pienses de que eventualmente iba a pasar, la belleza inherente de la complejidad y la transformación abundará en tu vida, a pesar del miedo y la incertidumbre de que el amor le de lágrimas a cosas por las cuales juraste nunca llorar. Esa conexión con el pasado que tenemos, genera un recuerdo, y los recuerdos nos hacen personas al pasar del tiempo, nos dan una pequeña identidad. Claramente uno va a tener miedo a lo desconocido luego de esta experiencia, pero, ahora que lo pienso;
¿Sabés que realmente hay una belleza que reside en esa emoción de incertidumbre?
Esta dualidad tan íntima entre la belleza y lo desconocido, también simboliza la complejidad de nuestras vidas, dónde, a pesar de prometerte a tí mismo que nunca amarás de nuevo, el proceso del cambio te tapará los ojos y los abrirás en un campo lleno de flores de muchos colores.
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